Responder al alumnado con alta capacidad sigue afrontándose de forma errónea. Sorprende ver como incluso personas en teoría formadas, en la práctica siguen rigiéndose por los prejuicios y clichés de siempre. El peso de la formación docente que ve la educación desde la perspectiva del contenido; el peso de años de una cultura de centro que asume que todo «error» en el alumno procede de su naturaleza genética, que «tiene que modificarse» por su propio esfuerzo, o «tenemos que enseñarle», desde la arrogancia del que se cree que está capacitado para enseñar aspectos que no aparecen en los libros de texto; y siempre, ver al alumno como una abstracción, como un «ente» que se estudia en las decenas de pdf de los máster y doctorados, pero al que no se conoce desde la práctica y la convivencia diaria, no son, desde luego, lastres que las titulaciones puedan borrar.
«No…
Ver la entrada original 1.669 palabras más